"El más pequeño de vosotros es el más importante"
(Lc. 9,48)
Para ser de Dios hay que reconocer las fragilidades e impotencias que tenemos cada uno y no situarnos por encima de los demás por nuestras cualidades o capacidades, éstas se han puesto en nostros para SERVIR a los demás.
Nadie es más ni mejor. Hay muchos modos de ESTAR en manos de Dios.
SALMO 130
Señor, mi
corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario