La luz luce en las tinieblas
y las tinieblas no la sofocaron.
(Jn.1,5)
La
luz se ha utilizado a lo largo de la historia como símbolo de vida, de alegría,
de liberación, de salvación, de felicidad.
Y
eso es porque la luz tiene el poder de guiarnos, de acompañarnos, de hacernos
el camino más fácil. Cuando estamos en penumbra, podemos tropezar porque no
vemos los obstáculos.
¿Dónde
está esa luz que buscamos hasta la desesperación? ¿Dónde está esa luz que no
queremos que nos abandone ni que se nos apague porque nuestro alma no está
hecha para las tinieblas?
¡Cristo
es la Luz! Luz verdadera que alumbra a la humanidad, luz que brilla en la
tiniebla, luz que sofoca la oscuridad, luz que vence al mal y a la muerte.
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